Hoy vengo a hablarte de un pequeño gesto que seguramente estés pasando por alto a la hora de usar un lubricante: verificar la fecha de caducidad.
Puede parecer trivial, pero en realidad, ¿cuántas veces la has comprobado antes de usarlo? Pues bien, si quieres conocer más sobre la importancia de usar un lubricante que no esté caducado, sigue leyendo.
Algunos podrán pensar que es algo reservado para los alimentos o medicamentos, pero lo cierto es que es igual de importante cuando hablamos de lubricantes. De la misma manera que el vino se agria o la leche se corta, los lubricantes también pueden deteriorarse. Hay algunos factores como el tiempo, la luz, el calor y la humedad que dañan sus ingredientes, provocando una pérdida de efectividad o incluso riesgos para la salud.
Ahora bien, ¿Cómo puedo saber si mi lubricante está caducado?
Pues lo primero será diferenciar entre uno que no está abierto, y otro que ya se ha usado. El motivo es bastante simple, el deterioro del lubricante es mayor cuando se abre el bote.
En el primer caso, ya sea que compras uno por internet o físicamente en una tienda, lo primero que tienes que hacer es verificar la fecha que viene impresa en el paquete. Mi consejo personal es, si tiene una fecha de vencimiento menor a seis meses solicita una devolución.
Es el momento de pasar al segundo supuesto, el bote está abierto. Y, ¿cómo puedes saber si se encuentra en mal estado? Pues existen una serie de señales que indicarán que ha llegado el momento de tirarlo y comprar uno nuevo. Si cambia de color, se vuelve grumoso, se separa en diferentes capas, o notas un olor extraño, no lo pienses más y tíralo. En caso de duda, los efectos negativos sobre tu salud son tan altos que es mejor ir a lo seguro.
¿Qué efectos puede tener un lubricante caducado?
Si aún sigues pensando que prefieres correr el riesgo, vamos a explicarte con detalle cuáles son los posibles efectos negativos.
Irritación de la piel: Imagina un enrojecimiento similar a una quemadura solar, acompañado de una sensación de ardor. Puede ser bastante molesto y, en algunos casos, doloroso.
Reacciones alérgicas: Los ingredientes pueden degradarse con el tiempo y convertirse en algo completamente diferente a lo que eran en un principio. Esto puede provocar alergia en algunas personas, que pueden ir desde una leve picazón hasta una hinchazón considerable.
Infecciones: En algunos casos, pueden albergar bacterias o hongos. Si esto sucede, el riesgo de infecciones aumenta significativamente. Estas pueden ser simples infecciones cutáneas, o más graves, como infecciones urinarias o del tracto genital.
Disminución de la eficacia: Los lubricantes son para… bueno, lubricar. Pero cuando un producto ha pasado su fecha de vencimiento, su capacidad para hacer su trabajo disminuye. Esto puede llevar a una experiencia sexual incómoda o incluso dolorosa.
Daño a los juguetes sexuales: Algunos materiales son especialmente sensibles a ciertos ingredientes que pueden haberse descompuesto en un lubricante caducado, lo que puede resultar en la degradación del material del juguete.
Problemas con los preservativos: Por último, pero no menos importante, pueden dañar el látex de los condones, disminuyendo su eficacia y aumentando el riesgo de rotura.
Ahora que conoces la importancia de comprobar el estado del lubricante, es el momento de incorporar esa rutina en tu vida sexual. La prevención es siempre la mejor medicina, así que asegúrate de revisar y respetar las fechas de caducidad. Y por último recuerda, una vida sexual saludable es una vida sexual segura.